Con la velocidad actual de acceso a Internet (aunque a menudo nos quejemos de la relación velocidad/precio bastante pobre de nuestro país), ya es posible trabajar de forma sencilla y cómoda con archivos alojados en Internet.
Dropbox es algo más que un espacio de almacenamiento en red: permite almacenar y compartir archivos como si estuviesen en nuestro propio equipo. Tiene una serie de características que lo hacen interesante:
- Gratuito: 2 GB de espacio gratuito que pueden ampliarse mediante invitaciones (si un amigo se registra desde tu invitación obtendrás medio GB de espacio extra).
- Multiplataforma: existen versiones para Windows, Linux, Android, MacOS, iOS... Prácticamente cualquier aparato con cualquier sistema operativo puede utilizarlo.
- Sincronización: puedes trabajar sobre Dropbox como si fuera una carpeta o directorio en tu propio equipo (lo explicaremos un poco más adelante)
- Interfaz web: puedes utilizar Dropbox desde cualquier equipo conectado a Internet.
- Compartir: es posible compartir carpetas entre diferentes cuentas de Dropbox (muy útil para equipos de trabajo). También puedes generar un enlace público a una carpeta concreta para hacerla pública: bastará con enviar por correo el enlace para que quien quieras pueda ver los archivos aun si no tiene cuenta en Dropbox.
- Galerías multimedia: todas las fotos y vídeos que almacenes en la carpeta "Photos" se publicarán automáticamente como una galería web. Esto tiene un serio inconveniente: no se puede restringir el acceso (las harás totalmente públicas a Internet, algo que personalmente no me gusta).
INSTALANDO DROPBOX
Lo primero que debemos hacer es registrarnos en la página web www.dropbox.com con una cuenta de correo electrónico. Una vez registrados nos ofrece la posibilidad de descargar un ejecutable en el equipo que estamos utilizando.
En mi caso lo he instalado en varios equipos Windows (XP y 7), el teléfono Android y un iPad2. En todos los casos existen versiones de Dropbox y la instalación es trivial. En iOS y Android tengo una aplicación en cada escritorio que da acceso a Dropbox. En Windows el interfaz es diferente: debemos elegir una carpeta dentro de la estructura de archivos de Windows que será sincronizada con Dropbox. Es decir, los archivos con los que trabajamos están directamente en nuestro disco duro y se sincronizan con nuestra cuenta de Dropbox.
Esto nos permite por una parte tener siempre una copia de seguridad de nuestros archivos en la nube (si nuestro disco falla tenemos los archivos en Dropbox en Internet) y la posibilidad de acceder a los mismos desde cualquier otro equipo conectado a Internet.
TRABAJANDO CON DROPBOX
Como ya he adelantado, desde estaciones Windows trabajaremos sobre un directorio de nuestro propio disco. La ventaja reside en que según modificamos y creamos archivos se van sincronizando automáticamente con Dropbox. Esto resulta de especial utilidad en algunos casos:
- Si tenemos equipos en distintas ubicaciones (por ejemplo casa y trabajo) no tendremos que utilizar sistemas tan molestos e imaginativos como auto-enviarnos los documentos por email o llevarlos siempre encima en un pendrive (el que no lo haya hecho nunca que tire la primera piedra :-D).
- Si tenemos equipos con diferentes arquitecturas podemos intercambiar archivos de forma cómoda y sencilla (¡adiós iTunes!)
- Para trabajar en equipo tenemos la posibilidad de compartir carpeta con usuarios de Dropbox concretos, como si se tratara de un recurso compartido de un servidor local.
CONCLUSIONES
Dropbox es uno de los sistemas gratuitos de almacenamiento más completo y flexible del mercado. La mayor desventaja a mi juicio es no poder compartir una carpeta protegida con contraseña con cualquier usuario conectado a Internet (aunque no tenga cuenta de Dropbox), pero espero que los chicos de Dropbox se pongan las pilas y solventen este inconveniente pronto.
En fin, os animo a probarlo. Una vez que empiezas a trabajar con él pensarás: ¿cómo he podido trabajar sin ésto todo este tiempo? :-D
Saludos
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