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La duración de la batería en un móvil no es un parámetro fijo, sino que depende de varias circunstancias. En función de la intensidad de uso, el número de llamadas o la cantidad de aplicaciones que se abran, la pila puede pasar más de un día sin necesitar recarga o bien no durar más allá de cinco o seis horas. También juega un papel importante el tipo de aplicación que se tenga activada y cómo se use. Este artículo enumera los principales tipos de aplicaciones responsables de un excesivo consumo de batería (los que usan la geolocalización, envían notificaciones, utilizan el wifi del teléfono y muestran imágenes) y el modo de tenerlas bajo control.
Aplicaciones que usan la geolocalización
No son pocas las aplicaciones que piden permiso para que les dejemos fijar nuestra posición respecto al satélite GPS cada vez que publicamos un comentario, subimos una fotografía o un vídeo, consultamos un dato en el mapa, valoramos un servicio, etc. Para ello, aparece una ventana en la pantalla del smartphone con la solicitud de activación de la localización con el fin de mejorar el servicio. Si siempre aceptamos, cuando usemos estas aplicaciones, se activará el navegador GPS para localizarnos en cualquier momento.
Mientras se tengan las aplicaciones abiertas, el navegador GPS funcionará y consumirá bastante batería. Si están varias abiertas a la vez, la autonomía del teléfono baja de golpe. Si las cerramos, el descenso de la carga de la batería se atenuará. Pero cada vez que las abramos, resurgirá el problema.
La mejor estrategia es no dar nunca permiso de forma directa para el uso del navegador GPS, pero también por cuestiones de privacidad. Cuando nos interese, basta con ir al menú de preferencias del aparato y activar la geolocalización en los distintos servicios de modo manual, para después del empleo desactivarla de nuevo.
Aplicaciones que envían notificaciones
Es normal que al registrarnos en un servicio, o al actualizarlo, se pregunte si queremos que nos envíe un aviso cada vez que haya una novedad, uno de nuestros contactos manifieste actividad o cuando haya nuevas actualizaciones del software. Sin mostrar un consumo tan elevado como el del GPS, este tipo de notificaciones implican una actividad constante que consume batería.
Cabe distinguir entre las que envían notificaciones en periodos fijos y las que lo hacen en cuanto detectan una novedad. Las primeras son mucho menos agresivas en el gasto, además de que el lanzamiento de comunicaciones se puede programar, porque no están de forma constante rastreando la Red para ver si hay novedades, sino que se activan solo cada cierto tiempo. En este grupo se podrían incluir también las aplicaciones de correo "push", que descargan al móvil los mensajes recibidos en el servicio webmail en plazos predeterminados. Conviene fijar periodos de tiempo cuanto más amplios mejor, ya que así las notificaciones se hacen menos frecuentes.
Las aplicaciones que avisan cuando detectan una novedad consumen bastante más batería, aunque nos mantengan al día. Además, tienen el problema de que siempre están en segundo plano con un mínimo de actividad, aunque la aplicación no esté en ejecución. Es el caso de los clientes para Facebook, Twitter, LinkedIn, Foursquare, etc. Lo idóneo es no permitir las notificaciones y, por lo tanto, sí comprobar de modo activo las novedades en la plataforma.
Aplicaciones que usan el wifi del teléfono
Las aplicaciones de smartphone que para ser útiles tienen que usar de manera intensiva una red wifi -o 3G, aunque no es habitual emplearlas con este tipo de conectividad- implican un mayor consumo de la batería respecto a lo que sería normal.
Esto afecta a todas las que utilizan el streaming, pero también a las que envían datos de forma masiva, como las de videoconferencias o de llamadas de voz por Internet. Todo tipo de aplicaciones para hablar gratis a través de la Red o para hacer videoconferencias, como Viber, Tango o Skype, consumen muy rápido la carga de la batería, a no ser que se usen de modo puntual y por poco tiempo. También la reproducción de música desde programas como Spotify u otras radios por Internet, así como de vídeos de YouTube y otros servicios, aumentan el consumo energético y reducen la autonomía del smartphone.
Conviene saberlo en el caso de que no haya cerca un enchufe y no se sepa con certeza cuándo se tendrá uno en las manos.
Aplicaciones que muestran imágenes
Uno de los componentes de un smartphone que más batería consume es la pantalla, sobre todo ahora que tiene una definición cada vez más elevada. Si el teléfono cuenta con una pantalla grande, como parece ser la tendencia imperante, cuando se ejecuta una aplicación que muestre fotografías o vídeos en toda su definición, el sistema deberá emplear muchos recursos del procesador, lo que se traducirá en un alto consumo energético.
Instagram, la aplicación de Flickr para móviles y demás programas que sirven para ver y compartir fotografías con nuestros contactos disparan los niveles de gasto.